
Evitando pérdidas por estrés biótico durante el llenado del grano
Durante los cultivos estivales, son frecuentes los episodios de estrés térmico y la baja disponibilidad hídrica, que pueden afectar tanto el rendimiento, el número de granos y el peso de los mismos, como la fisiología de la planta. Hoy existen herramientas tecnológicas que permiten acelerar la recuperación del cultivo, logrando excelentes rindes.
La productividad de un cultivo es la expresión del potencial genético de las semillas, la disponibilidad de nutrientes y las condiciones en las que se produzca su crecimiento y desarrollo.
La campaña gruesa se presenta, en la mayor parte de la zona núcleo, con una baja disponibilidad de agua o, de otra manera, períodos más largos sin lluvia y otros con muchas lluvias, lejos del ideal. Esta situación es parte del cambio climático, en donde vemos más situaciones de encharcamiento y periodos largos secos, que generan un estrés adicional a los cultivos.
Para un correcto desarrollo, las plantas requieren una máxima capacidad de captar radiación y convertirla en un balance positivo de energía. Cualquier tipo de estrés limita el crecimiento y también aumenta el gasto de energía. Durante este proceso la hormona que se dispara ante condiciones desfavorables para el desarrollo se denomina etileno y afecta de manera sensible los rendimientos. Por lo tanto, la planta, al enfrentar un estrés abiótico (exceso de temperatura, escasez hídrica, o de tipo mecánica, como un granizo), utiliza sus recursos disponibles para recuperarse antes que para lograr desarrollar su biomasa. Uno de los inconvenientes que suele aparecer durante campañas con acentuado estrés hídrico, es la aparición de grano verde a cosecha, como consecuencia de la sucesión de varios días con elevados registros de temperatura durante el llenado de granos.
Ante esta situación, una buena nutrición, junto con una estimulación, hacen que las plantas tengan una mejor recuperación, evitando pérdidas en los rendimientos esperados.
La clave: bioestimulación + nutrición
Hoy, entre las herramientas disponibles, el productor cuenta con alternativas altamente tecnológicas, que utilizan nanotecnologías en bioestimulación y nutrición de alta eficacia. Están disponibles productos que combinan de forma equilibrada, una serie de hormonas que impactan sobre el crecimiento y desarrollo de los cultivos y además proveen los nutrientes esenciales para maximizar el potencial genético. Esta nanotecnología mejora la absorción y metabolización de los nutrientes por parte de los vegetales.

El objetivo de la bioestimulación es brindarle a las plantas un complemento integral para mejorar su desarrollo, ya sea en parte aérea y radical como también mejorando su respuesta a estrés bióticos y abióticos.
Es una herramienta de alta tecnología que está constituida con un pilar hormonal de cuatro hormonas; Giberelinas, Citoquininas, Auxinas y Ácido Salicílico adecuadamente balanceadas.
Las Giberelinas son un grupo de diterpenoides que se definen más por su estructura que por su actividad biológica, contrario a lo que ocurre con las Auxinas y Citocininas. Se desempeñan como reguladores esenciales del desarrollo de las plantas, cubriendo todas las etapas de su desarrollo. El Ácido Giberélico estimula y regula el desarrollo de las plantas y sus principales funciones son la interrupción del período de latencia de las semillas, haciéndolas germinar, la inducción del desarrollo de yemas, frutos y la regulación del crecimiento longitudinal del tallo como así también la elongación de órganos axiales.
El 6-bencilaminopurina (BAP) es una citoquinina que estimula el crecimiento y desarrollo de las plantas. Sus beneficios en los cultivos son varios, como: estimular la división celular, reinvertir la dominancia apical (activan el crecimiento de las yemas laterales), activación de yemas adventicias, favorecer el desarrollo y tamaño del fruto, y retrasar la senescencia de las hojas.
Las auxinas son un tipo de hormona vegetal que ayuda al crecimiento y desarrollo de la planta. Entre sus beneficios también encontramos su contribución a la regulación de los tropismos o la abscisión de órganos, logrando una tardía caída de flores, hojas y frutos jóvenes. También intervienen en la regulación del crecimiento radicular; el cual es definido desde el desarrollo embrionario.
El ácido salicílico es una hormona vegetal que interviene en varios procesos vitales para las plantas como son la fotosíntesis, absorción y transporte de iones, y la defensa contra patógenos. Entre sus principales funciones se encuentra la participación en respuesta tanto a estrés biótico, regulando la síntesis de proteínas relacionadas a la patogenicidad, como abiótico, modulando el sistema antioxidante y aumentando la tolerancia a estrés salino, sequia, temperatura extrema entre otros.
Micronutrientes clave para una buena nutrición
Son claras las ventajas sobre la nutrición de los cultivos que aportan micronutrientes esenciales como el Zinc, Cobalto y Molibdeno. Cada uno cumple una o varias funciones esenciales en el desarrollo de un cultivo sano y con potencial.

Especialistas determinaron que el zinc es el micronutriente que más se ha deteriorado en estos últimos años en Argentina. Encontrando una deficiencia generalizada dada por diferentes causas. Es un micronutriente clave que activa funciones importantes en los cultivos. Es constituyente de la enzima anidrasa carbónica, fundamental para la función de la fotosíntesis. A nivel hormonal, participa de la síntesis de Triptófano, precursor de la auxina, hormona de crecimiento. A nivel metabólico, contribuye a sintetizar la nitrato reductasa, reduciendo el nitrato a aminoácidos. Además, evita la degradación del ácido ribonucleico (ARN), mensajero y transportador, favoreciendo la mayor producción de aminoácidos y proteínas, entre otras funciones.
La función del Mo es doble, se necesita en la planta y para la fijación biológica del N. Está relacionada a la formación de enzimas que participan en las reacciones de formación de la nitrogenasa y nitrato reductasa, responsables de la ruptura del triple enlace N=N, y de la asimilación de este elemento en la planta durante la fijación biológica del N, respectivamente.
El Co también es esencial para la fijación biológica del N y el crecimiento de los rizobios, la fijación de nitrógeno, el contenido de la coenzima B12 y la formación de leghemoglobina en el rizobio. La disponibilidad de Co no solo provoca un aumento del tamaño de los nódulos, sino también el contenido de Co en los nódulos y el número de bacteroides por nódulo, así también como aumenta las concentraciones de cobalamina y leghemoglobina.
La nutrición foliar de zinc, cobalto y molibdeno, utilizando nanotecnología, potencia y mejora de manera sustantiva la absorción y metabolización nutricional. Gracias a que las nanopartículas fluyen a altas velocidades logrando así promover el crecimiento y rendimiento de los cultivos de una manera más eficiente que los fertilizantes tradicionales.
A modo de conclusión, una combinación balanceada de nutrientes y hormonas nos permite asegurar mejor crecimiento, desarrollo y producción y mitigar los efectos de los estreses abióticos y bióticos a los que son sometidos los cultivos bajo condiciones extensivas de campo.